Ólvega, un rincón encantador en la Comarca del Moncayo, despliega sus encantos a través de una mezcla única de historia, arquitectura y tradición. Este municipio soriano, con su Iglesia Parroquial de Santa María la Mayor, calles empedradas, ermitas que se asoman en distintos parajes y plazas que respiran vida, invita a los visitantes a explorar sus tesoros y descubrir la riqueza que define su identidad.
La Iglesia Parroquial de Santa María la Mayor, con su estructura en forma de cruz latina que se remonta al siglo XVI, se erige como un monumento de singular belleza arquitectónica en Ólvega. Esta iglesia, con sus detalles góticos y renacentistas, es un testimonio del esplendor artístico que caracterizó a la época. El casco urbano que la rodea se convierte en un escenario pintoresco donde la historia y la vida contemporánea se entrelazan.
La calle Mayor, con su encanto tradicional y arquitectura que evoca tiempos pasados, es el alma del casco urbano de Ólvega. Pasear por esta calle empedrada es sumergirse en la esencia misma del municipio, donde cada rincón cuenta una historia y cada fachada es un testimonio de la evolución a lo largo de los siglos.
El Museo Antropológico, ubicado en la Plaza de la Picota, se convierte en un espacio que arroja luz sobre la vida y las tradiciones de Ólvega. Esta institución, con sus exposiciones y colecciones, ofrece una ventana al pasado, permitiendo a los visitantes entender la riqueza cultural que ha moldeado la comunidad a lo largo de los años.
La Plaza Emiliano Revilla, rodeada de áreas verdes y situada en un parque, se convierte en un remanso de paz y encuentro para los habitantes de Ólvega. Este espacio público, con su diseño armonioso y su ambiente relajado, invita a la comunidad a disfrutar de momentos de ocio y recreación.
El Palacio de los Salcedo, construido en el siglo XVI, se presenta como un testamento de la nobleza que alguna vez marcó el paisaje de Ólvega. Este palacio, con su arquitectura que refleja la opulencia de épocas pasadas, añade una capa de historia y elegancia a la Plaza de España, donde se alza imponente.
La Ermita de los Mártires, construida en el siglo XVII y ubicada en la calle de los Mártires, se convierte en un lugar de devoción y espiritualidad en Ólvega. Esta ermita, con su arquitectura sobria y su historia religiosa, se presenta como un espacio que conecta el presente con las tradiciones más profundas del municipio.
La Plaza de España, con su energía vibrante y su arquitectura que cuenta historias, se convierte en el corazón social de Ólvega. Rodeada por edificios emblemáticos y animada por la actividad diaria, esta plaza es el escenario donde la comunidad se reúne para celebrar eventos, festivales y la vida cotidiana.
La Ermita de San Roque, ubicada a las afueras en la calle de San Roque, se presenta como un refugio espiritual en medio de la naturaleza. Esta ermita, con su arquitectura que se integra armoniosamente con el entorno, invita a la contemplación y al recogimiento.
La Ermita de la Soledad, construida en el siglo XVII y dedicada a la Virgen de la Soledad, se convierte en un lugar de devoción que agrega un toque de espiritualidad al municipio. Esta ermita, con su arquitectura que refleja la estética barroca, es un recordatorio de la profunda conexión religiosa de Ólvega.
La Ermita de la Virgen de Olmacedo, de estilo románico del siglo XIII, se presenta como una joya arquitectónica que transporta a Ólvega a la época medieval. Esta ermita, con sus detalles artísticos y su atmósfera que trasciende el tiempo, es una conexión viva con las raíces históricas del municipio.
La Ermita de San Marcos, situada en el paraje de Campiserrado, se convierte en un destino que invita a la serenidad y la contemplación. Este lugar de culto, rodeado por la naturaleza, ofrece un escape de la rutina urbana y permite a los visitantes conectarse con la espiritualidad en un entorno tranquilo.
La Ermita de San Bartolomé, construida en el siglo XVII en el valle de Araviana, se erige como otro monumento que contribuye a la diversidad arquitectónica de Ólvega. Esta ermita, con su presencia imponente y su historia que se funde con el paisaje, es un rincón que añade carácter al patrimonio religioso del municipio.
Ólvega, anclado en la Comarca del Moncayo, se revela como un municipio que fusiona la tradición con la vitalidad contemporánea. Desde las callejuelas empedradas que narran el paso del tiempo hasta las plazas que palpitan con la vida diaria, cada rincón de Ólvega cuenta una historia que enriquece su identidad única. Este municipio soriano, impregnado de historia, cultura y espiritualidad, invita a los visitantes a explorar sus encantos y descubrir la autenticidad que lo define.