Borja, un municipio en la comarca del Campo de Borja, es un tesoro histórico y cultural enclavado en el valle del río Huecha. Su rica herencia se revela a través de una variedad de puntos de interés que abarcan desde monumentos históricos hasta bellezas naturales.
La Colegiata de Santa María, un Monumento Histórico, destaca por su estilo mudéjar y su importancia arquitectónica e histórica. Esta iglesia es un testimonio vivo de la mezcla cultural y artística que ha caracterizado a la región a lo largo de los siglos.
El Santuario de la Misericordia, de estilo gótico, es conocido por albergar la pintura del Ecce Homo de Borja. Esta obra, aunque modesta en origen, ha ganado fama internacional y se ha convertido en un punto de interés emblemático para los visitantes.
La Ruta de la Garnacha invita a explorar los viñedos y bodegas de la zona, ofreciendo una experiencia enológica que permite degustar los vinos tintos de la región, especialmente los elaborados con la variedad de uva Garnacha, tan arraigada en esta tierra.
La Ermita de San Jorge, situada en el Camino de San Jorge, es un lugar de gran valor histórico y religioso. Su ubicación y estructura invitan a descubrir la devoción y las tradiciones ligadas a este santo.
El Palacio de los Vera, de estilo renacentista, es un testimonio de la arquitectura señorial de épocas pasadas. Su belleza arquitectónica refleja el esplendor de la nobleza en Borja y es un ejemplo notable del patrimonio histórico de la localidad.
La Cueva de Moncín, un yacimiento arqueológico, es una ventana al pasado prehistórico de la región. Este sitio arqueológico revela vestigios de la antigua ocupación humana en la zona, ofreciendo una visión fascinante de la historia temprana de Borja.
El Museo de la Colegiata de Borja, ubicado en la Plaza de San Francisco, es un espacio cultural que resguarda una colección valiosa de arte sacro, documentos históricos y piezas arqueológicas relacionadas con la Colegiata y la historia de la región.
El Castillo de la Zuda, con sus orígenes musulmanes y su estructura fortificada, es un símbolo de la historia militar y defensiva de Borja. Esta fortaleza ha sido testigo de numerosos acontecimientos a lo largo de los siglos y representa una parte integral del patrimonio histórico del municipio.
Las bodegas rupestres en el cerro de Borja son una manifestación única de la tradición vinícola de la región. Estas construcciones subterráneas, utilizadas para la elaboración y almacenamiento de vino, reflejan la habilidad y la adaptación humana al entorno.
El Edificio Consistorial, ubicado en la Plaza de España, es una pieza arquitectónica que resalta en el corazón de la localidad. Su arquitectura y su relevancia como centro administrativo añaden un valor histórico y estético al entorno urbano de Borja.
La Iglesia de San Miguel, que data del siglo XII, es un ejemplo impresionante de arquitectura románica en la región. Su diseño y detalles arquitectónicos son testimonios del arte religioso medieval que perdura hasta nuestros días.
El Convento de Santa Clara, fundado en el siglo XVII, representa la presencia religiosa en Borja a lo largo de la historia. Su arquitectura y su historia religiosa lo convierten en un lugar de interés para aquellos interesados en la vida monástica.
La Iglesia de San Bartolomé, como Iglesia Parroquial, es un punto de referencia importante en la vida religiosa y cultural de la localidad. Su arquitectura y su papel como centro de la comunidad agregan un valor significativo al patrimonio histórico de Borja.
El Parque Natural del Moncayo, que abraza la zona, ofrece un paisaje montañoso impresionante y una rica biodiversidad. Sus senderos, flora y fauna hacen de este parque un destino ideal para los amantes de la naturaleza y el senderismo, proporcionando vistas panorámicas excepcionales desde la cumbre del Moncayo.
Borja se presenta como un destino único que combina historia, arte, tradición vinícola y belleza natural en el Campo de Borja, invitando a los visitantes a sumergirse en su legado cultural y paisajístico.